La mayoría de las personas pensamos
que la historia son simples hechos, batallas y acontecimientos que hay que
memorizar sin más … y esto es un error muy frecuente que cometemos casi
todos. Bien, lo cierto es que en el
tiempo que llevamos cursando la asignatura de Historia de España, esta
concepción ha ido cambiando poco a poco. Ahora, personalmente entiendo que la
historia va más allá, y que para hacer historia es imprescindible indagar,
investigar, y hacerse preguntas ya estas son muy importantes para poder avanzar
en historia, porque a través de ellas, empezará la indagación para intentar
responder a las mismas.
Una pregunta que me lleva rondando
por la cabeza desde que iba a la escuela es la siguiente ‘’ ¿cómo sabe la profe
lo que ha pasado hace miles de años sin haber estado ahí?’’, esta es una
pregunta típica , que al igual que ha rondado por mi cabeza varias veces, habrá
rondado por la vuestra también. Para mí esta pregunta me suponía un quebradero
de cabeza, ya que siempre acababa sin tener respuesta, por más que pensaba…
podía pensar que ‘’la profe’’ extraía la información a través de libros, pero,
y esos libros, ¿de dónde habían sacado esa información? ¿se la habrán inventado?
Ahora, estudiando esta carrera, me doy cuenta de que es una pregunta que se
pueden hacer muchísimos niños, y por eso me siento orgullosa de poder adquirir
las herramientas necesarias para poder contestarla.
Por otro lado, para responder a
esta pregunta, debemos saber que la historia es un conocimiento sistemático, es
decir, los historiadores investigan para responder preguntas, y esas preguntas
están hechas desde el presente. Normalmente, la sociedad piensa que el
historiador se encarga de recoger información del pasado a través de diversas
fuentes y exponerla sin más, siendo así un simple transmisor de la historia… Es
cierto que hasta hace poco yo también pensaba lo mismo, y eso es lo que me hacía
corroborar de cierta forma que la historia era algo ‘’ inútil’’ que no nos servía
para nada en nuestra sociedad; ‘’ ¿por qué quiero saber yo lo que ha pasado hace
miles de años? Si eso a mi no me interesa nada’’ decía mientras me preparaba
para estudiar ochenta mil temas interminables de historia...
Ahora, os vengo a comentar que no
es así, que en cierta manera estamos ‘’ engañados’’, porque la historia es una
construcción, ósea, la historia consiste en hablar del presente a través del pasado,
y el historiador es el que se encarga de construirla, junto a la sociedad ( y
los hechos que ocurren en dicha sociedad). Por lo tanto, tenemos que concebir
al historiador como alguien que construye la historia, que participa en el
proceso histórico.
La historia es una ciencia muy
importante para la sociedad si conseguimos eliminar ese estereotipo que tiene
de ser aburrida e inútil, y en ese proceso de cambio intervenimos nosotros, los
futuros maestros. Por ello debemos conseguir introducir la historia en las
aulas como una ciencia que consiga desarrollar en nuestros alumnos el
pensamiento crítico a través de debates; tenemos que dejar que nuestros alumnos
participen en la historia, que sean críticos, que se pregunten el por qué de
las cosas, dejando en un segundo plano las fechas y las batallas, que ya habrá
tiempo para ‘’ aprenderse’’ las más importantes. Si conseguimos que nuestros
alumnos desarrollen el pensamiento crítico, conseguiremos cambiar nuestra
sociedad a través de esta asignatura, por lo que ya no será concebida como algo
inútil, sino como una asignatura imprescindible para entender los procesos sociales,
y buscar la manera de mejorar nuestra sociedad.
Con todo esto llegamos a la conclusión
de que la historia es el conocimiento que adquirimos observando el pasado para
así poder elaborar teorías que expliquen ese pasado desde nuestro presente
utilizando el método científico, por eso decimos que la historia es una ciencia.
Si bien, es una ciencia social, por lo que no podemos experimentar, predecir,
ni mucho menos establecer leyes universales, pero eso no quiere decir que no
sea una ciencia, ya que la historia supone un conocimiento fundado a través de
pruebas verídicas, aunque si que es verdad que nunca llegamos a una verdad
absoluta, sino a una verdad posible. Es decir, la historia no trata de
reconstruir un pasado objetivo, ya que eso es algo imposible, sino que trata de
que la explicación que se hace a través de las fuentes consultadas sea
coherente.
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