Es importante comenzar este artículo destacando que el bullying no viene de ahora, sino que se trata de un fenómeno que ha existido a lo largo de la historia ya sea en colegios, trabajos y en la vida personal de cada individuo. Esto se explica en que desde la antigüedad, la violencia estaba implícita en el método educativo partiendo de la creencia de que "la letra entra por la sangre", frase que nace en la edad media y que expone que la violencia física era necesaria para educar al niño. Se imponían límites entre el docente y el estudiante pero es a mediados del S. XX donde autores como Jean Piaget y Lev Vygotsky influyen en la idea de que el sujeto construye sus propios conocimientos y el docente es un facilitador, paradigma conocido como constructivismo.
Desde los últimos años se ha hecho visible el fenómeno de violencia escolar en los ámbitos educativos, algo que se conoce popularmente como bullying. Este es un problema que debe ser abordado por los medios educacionales y hay que darle la importancia que se merece debido a su gravedad.
Este fenómeno ocurre cuando uno o varios niños y niñas atormentan continuamente a otro u otros ya sea por algún defecto físico de este, salud o nivel social. Tiene tres características básicas englobadas en su concepto:
- Es intencional: los que lo realizan su único fin es hacer sufrir y crear dolor.
- Hay desbalance de poder: consideran a la persona agredida como un blanco fácil.
- Es repetitivo: ocurre continuadamente.
Estos hechos repercuten directamente sobre el desarrollo del menor y es a partir de la década de los 70 cuando comenzó a preocupar a diversas personas y se observó que producía problemas verdaderamente importantes. En algunos casos, el mal trago que pasan estos niños que lo sufren, el suicidio es una de sus salidas
Se agrupan tres paradigmas que podrían ser las causas principales de dicho fenómeno:
- Factores individuales: corresponde a los niños o niñas que disfrutan dominando a otros pudiendo ser por el carácter agresivo que han ido desarrollando a lo largo de su vida.
- Factores grupales: hay niños que sienten tensión por ser aceptados en un grupo ya que es este mismo grupo el que tiene como norma la discriminación y/o marginación de otro de sus compañeros.
- Factores sociales y culturales: existen niños con diferente estatus social y económico, así como la diferencia de la raza, del género, etc.
Nuestro principal objetivo como futuros maestros es acabar con esta lacra y no permitir que se desarrolle más ni que llegue a ningún extremo, es decir, debemos intervenir siempre que sospechemos de algún caso de bullying o acoso escolar de la siguiente manera:
- Buscar la ayuda de otro adulto a la mínima sospecha.
- Separar a los niños involucrados.
- Asegurarse de que cada niño se encuentre bien en todo momento.
- Involucrar cualquier necesidad médica inmediata.
- Conservar la calma.
- Enseñar a defenderse al acosado mediante una serie de estrategias que los ayuden a tener más seguridad de ellos mismos.
- Establecer reglas de convivencia, normas y límites.
- Estar en alerta ante una actitud extraña en algún niño.
Relacionarse con los compañeros puede ser un hecho satisfactorio si aprenden a trabajar en equipo por medio de actividades ya que se genera un clima de igualdad y cordialidad entre ellos lo que evitará la exclusión entre los alumnos.
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