Podríamos definir el concepto "evolución de la Historia" como "aparición de cambios", puesto que, si miramos a nuestro alrededor, nos percatamos de que todo lo que nos rodea no es exactamente igual a cómo era hace unos años. Piensen, sino, en las relaciones familiares, las relaciones laborales, la sanidad, la tecnología, la forma de vida, etc. Todas ellas han evolucionado y mejorado a lo largo de la Historia gracias a la aparición de cambios en las mismas. Ahora bien, vamos con un tema algo polémico, la Educación.
Muchos son los que piensan que esta no ha cambiado a lo largo de la Historia y que continuamos con el mismo modelo educativo tradicional de los años cincuenta. Es cierto que todavía queda mucho por trabajar en educación, pues muchos son los centros que aún se mantienen al margen de cualquier innovación educativa, el fracaso escolar sigue teniendo un índice muy elevado y la actitud de muchos alumnos ante el aprendizaje deja bastante que desear.
No obstante, quisiera darle un enfoque más positivo a la educación actual, puesto que considero que hay algo en lo que sí ha cambiado y mejorado: el factor humano. Antiguamente, los niños eran vistos como alumnos a los que, a través de una relación muy distante, había que transmitirles el conocimiento como si de simples folios en blanco se tratara; no se transmitían valores de respeto, diversidad, integración o similares y, en lo que más quiero incidir, los profesores no se preocupaban por el bienestar de los alumnos consigo mismos, por su crecimiento personal o por sus preocupaciones y sentimientos.
Afortunadamente, esto sí ha cambiado, pues hay cada vez más preocupación por parte del profesorado por el tema al que va dedicado esta entrada: la autoestima en el aula. Actualmente, es un tema de estudio por numerosos investigadores educativos, y se ha podido evidenciar como el bienestar de los alumnos consigo mismos y su propia autoestima está directamente relacionado con el aprendizaje.
Ha sido demostrado que muchos estudiantes tienen una imagen muy negativa de ellos mismos, un miedo profundo al fracaso y un sentimiento de incapacidad para alcanzar su máximo potencial de aprendizaje. En otras palabras, una autoestima baja.
Asimismo, se ha probado que este problema afecta directamente al aprendizaje de los niños y a su eficiencia en el aula, así que los profesores deben ser conscientes del gran poder que poseen a la hora de crear las condiciones favorables para mejorar la autoimagen de sus alumnos.
Es su deber reconocer las singularidades de cada alumno, proteger sus derechos y sentimientos y desarrollar los componentes claves de la autoestima, entre los que destacan el sentido de identidad, de seguridad, de pertenencia y de competencia personal.
Es por ello por lo que los profesores deben desarrollar actividades para mejorar la autoestima de los alumnos para, por tanto, mejorar su proceso de aprendizaje. En las aulas se tiene que dar importancia a la singularidad, al crecimiento personal, a la cooperación, a los sentimientos, al talento, a la amistad y a la comunicación, y esto se puede conseguir a través de la literatura, de la música, de asambleas de sentimientos, de manualidades, de debates...
De este modo, si la autoestima es trabajada en el aula, los niños se sentirán en un ambiente mucho más humano, cálido y acogedor que beneficiará, definitivamente, su aprendizaje.
Un profesor nunca debe olvidar que no solo educa cerebros, sino también corazones.
El papel del profesor tiene mucho que ver con su papel como motivador. No se trata de enseñarlo todo sino de potenciar que cada estudiante vaya encontrando su camino a partir de sus propias inquietudes. El conocimiento, el de verdad, el que perdura... llega solo si se cumple la condición anterior. Un saludo,
ResponderEliminar