Podemos definir las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como todas aquellas que giran en torno a las tecnologías de almacenamiento, procesamiento, recuperación y comunicación de la información a través de diferentes dispositivos electrónicos e informativos.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son parte de los cambios a nivel económico, social y tecnológico que se están produciendo en la sociedad actual. Por ello, las instituciones educativas no pueden mantenerse al margen. Deben adaptarse a las características individuales y a las necesidades propias del alumnado, para así aportar mayor flexibilización en las trayectorias académicas y facilitar al máximo el desarrollo de sus potencialidades.
A día de hoy, son parte
fundamental del trabajo diario de los docentes. Con la integración de
nuevas tecnologías en el aula se fomenta el desarrollo de distintas
habilidades en los alumnos y sirve como herramienta de apoyo al proceso de
enseñanza-aprendizaje. Por tanto, se hace cada vez más necesario que el
profesorado sea capaz de desenvolverse con soltura en la utilización de un
equipo informático de manera que pueda crear fácilmente sus propios documentos,
presentaciones, actividades educativas por ordenador e incluso materiales
audiovisuales. Mediante la combinación adecuada de los elementos
multimedia soportados en las TIC, el docente puede hacer sus clases más
atractivas y enriquecedoras para su alumnado, logrando un mayor grado de
atención y motivación.
El uso de las TIC en
la educación facilita un aprendizaje constructivista y significativo.
El alumno construye su saber mediante la unión de los conocimientos previos que
ya posee con la adquisición de los nuevos conocimientos que aprende por medio
de la indagación y búsqueda de la información con las nuevas tecnologías.
Además, se lleva a cabo una metodología
cooperativa, que permite que los alumnos mejoren sus habilidades en grupo y
se ayuden o puedan compartir sinergias con los compañeros que tienen más
dificultades.
Así pues, la aplicación
de las TICs en la enseñanza de la historia acompaña a nuestros alumnos
de manera más personalizada, y, puede centrarse, en concreto, en la
utilización de recursos digitales, como los test online (Kahoot) o diversas
apps, para que cada uno avance según su ritmo de trabajo. Además, es
conveniente reorganizar y reestructurar previamente la información en pantalla;
y, en dar importancia a que el alumnado sea capaz de presentar sus hallazgos y
conclusiones empleando estas tecnologías. Sin embargo, es conveniente saber cuándo
es el momento adecuado para incorporar las TIC a las clases, ya que se debe
evitar el uso de estas tecnologías por el simple hecho de usarlas sin obtener
ninguna ventaja en cuanto a conocimientos, comprensión o habilidades
relacionadas con la historia.
Además, como docentes
debemos conseguir que nuestros alumnos extraigan el máximo partido de
un vídeo. No debe bastarnos únicamente con mostrar el vídeo en clase,
también debemos asegurarnos que nuestros alumnos y alumnas están atentos y
concentrados. Por ello, la entrega de preguntas de elección múltiple son las
que funcionan mejor en este contexto. Después, el profesor puede analizar el
vídeo de forma crítica, generando un debate en el aula.
Para finalizar, destaco la
importancia de trabajar ampliamente en el aula, con la ayuda de diferentes
recursos audiovisuales, la competencia básica, esta es, digital
y tratamiento de la información, en cada una de las unidades didácticas del
libro de historia. Con ello conseguiremos generar clases llenas de
pensamientos, interacciones, recursos, y, sobre todo, feedbacks a lo largo de
cada día.
Necesitamos crear ciudadanos en un mundo globalizado. Y vosotros, ¿qué pensáis del uso de las nuevas tecnologías en clase?
Bien Luz... En mi opinión, las tecnologías pueden servir para alcanzar un aprendizaje-significativo. Nunca deben servir como fin sino como medio para un objetivo más importante: crecer como personas. Un saludo.
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